Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en https://laraqxdk774449.qowap.com/97498083/por-qué-materazzi-provocó-a-zidane